He creado el Blog para compartir mi admiración por este singular escritor español, creador de un mundo propio, poético e inquietante, de una obra que trasciende los límites del género breve, del simbolismo y de la literatura fantástica. (Marina Tapia)

viernes, 26 de febrero de 2016

Retrato

Aquí os cuelgo mi retrato de este escritor a la vez grande y humilde.


Con este cuadro he querido representar algunos de los mundos diversos del autor, recogiendo elementos de varias portadas de sus libros; motivos que desfilan ante una silla iluminada en la que Ángel Olgoso se sienta para plasmar su universo. A modo de sol aparece la espiral patafísica, y la camisa del escritor se transforma en un río de palabras. La técnica que he utilizado es mixta: óleo, lápiz, acrílico y pastel. En la parte superior del cuadro, a la derecha, se pueden apreciar dos fragmentos de papel recortado que llevan, manuscritas, una pequeñísima muestra de frases de sus textos. El monje que aparece es un guiño a la predilección del autor granadino por la cultura oriental.

domingo, 14 de febrero de 2016

Seis relatos eróticos en Wadi-As



Este semanario de Guadix, que presta una inusual atención a la creación literaria, publicó estas seis narraciones cortas para celebrar el día de San Valentín. Dejo aquí una muestra de ellas.


LAMELIBRANQUIOS


Eres buscador de perlas en un mar subtropical. Buceas hoy a mayor profundidad, más allá de la barrera del arrecife de coral. Anémonas. Blenios dentados. Anguilas-jardín. Erizos. Peces arlequines. Bosque de quelpos. Descubres regocijado un vastísimo criadero natural. Semienterradas en el fondo limoso, las conchas cubren por entero la pradera submarina. Blandes el cuchillo, lo introduces con habilidad entre los bordes sellados de uno de los moluscos bivalvos y haces palanca. Contemplas entonces atónito, a través de la turbia luz, el sexo femenino que se aloja en su interior, su palpitante morfología venusina, sus labios abultados, el vello crespo sombreando el contorno, su fresita retráctil, sus repliegues de cresta de gallo, ababosados, salidizos, pultáceos. Abres otra concha. Y otra. En aquel delirante criadero de las profundidades, acunados por las aguas madres, todos los lamelibranquios cobijan un sexo con vida propia, encarnado, de contacto mucilaginoso, ciliado, como un pequeño hocico mostachudo y acuoso. Incrédulo aún, sientes cierto escalofrío cuando alcanzas a calibrar la peculiaridad del lugar.